Algunos datos obtenidos en los estudios realizados por Linus Pauling, premio Nobel de Química (1954), han constatado los siguientes hechos:
- Más del 80 % de los pacientes con enfermedad coronaria tienen deficiencia de vitamina C.
La suplementación de vitamina C reduce los depósitos de placa en las arterias.
Los animales que producen vitamina C no sufren enfermedad coronaria.
- El cerdo de Guinea que no produce vitamina C, sufre el mismo tipo de lesiones vasculares que causa el infarto en los humanos.
- Una deficiencia severa de vitamina C ha sido conocida durante siglos como escorbuto, una enfermedad con graves consecuencias.
- En 1989, Linus Pauling y Mathias Rath descubrieron que las megadosis de vitamina C previenen el depósito de lipoproteína A en las paredes arteriales.
- En 1970 Linus Pauling publicó su primer libro sobre la vitamina C, y esto motivó, en esos años, que el consumo de esta vitamina en los Estados Unidos se incrementará en un 300%. La mortalidad por enfermedad cardíaca disminuyó un 30% solamente en este país, no se ha documentado otro cambio sustancial en la dieta de los norteamericanos que justifique este hecho.
Podemos encontrar vitamina C en frutas como fresas, frambuesas, moras, arándanos, cítricos (naranja, limón, pomelo), kiwi, papaya y tomate. También está presente en verduras como morrón, repollitos de Bruselas, repollo, rábano y perejil crudo. Si en tus desayunos sustituyes los planificados por frutas, verduras y hortalizas con alto contenido en vitamina C, observarás como cambia tu energía, mejora tu vitalidad y se refuerza tu memoria.
Muchos investigadores han señalado el beneficio del uso endovenoso en altas dosis, y el doctor Fred Klenner ha sido el pionero, de hecho, descubrió que las infecciones virales agudas podrían curarse con ácido ascórbico intravenoso en dosis masivas. Irwin Stone destacó el potencial de la vitamina C en el tratamiento de muchas enfermedades crónicas y la incidencia de complicaciones en caso de déficit de la misma. En múltiples estudios se observó que las dosis altas intravenosas de vitamina C en pacientes con cáncer mejoraron la calidad de vida además de disminuir los efectos secundarios de la quimioterapia. En otro estudio pequeño con 9 pacientes de cáncer de páncreas avanzado, se les administró quimioterapia semanal durante 3 semanas junto con vitamina C intravenosa, 2 veces a la semana, durante 4 semanas en cada ciclo de tratamiento, la enfermedad de estos pacientes no progresó durante un promedio de 6 meses, no se notificaron efectos secundarios graves con el tratamiento combinado. En un estudio de 2014, realizado con 27 pacientes de cáncer de ovario en estado avanzado, se comparó el tratamiento con quimioterapia sola y quimioterapia con vitamina C intravenosa, la vitamina C intravenosa se administró durante la quimioterapia y durante 6 meses después de la quimioterapia, los pacientes que recibieron vitamina C intravenosa presentaron menos efectos secundarios de la quimioterapia.